Al aumentar la temperatura, las vibraciones de las partículas de un
sólido pueden llegar al punto en que las fuerzas de atracción entre las
partículas más próximas no sean suficientes para retenerlas y empiecen a
moverse como las de un líquido. Si la temperatura sigue creciendo aumentan los
desplazamientos de las partículas del líquido hasta que las fuerzas de
atracción no sean suficientes para retenerlas y comiencen a moverse como un
gas.
Al aumentar la presión de un gas, se comprime y disminuye su
volumen, por lo que sus partículas se moverán cada vez más lentamente
hasta que, al pasar cerca de las que las rodean, quedan captadas por las
fuerzas de atracción del conjunto y se forme un líquido o un sólido.
La presión es el número de choques de las partículas del sistema material contra las paredes del recipiente y la temperatura es la agitación de las partículas.
El descenso de la temperatura del sistema hace que disminuya el
movimiento de las partículas, por lo que puede llegar al momento en que unas
partículas sean captadas por otras y provocar el paso de gas a líquido y este a
sólido.
Una disminución en la presión en el sistema implica la disminución de
números de choques entre las partículas y contra las paredes del recipiente que
las contiene, lo que hace que crezca el volumen que pueda ocupar las
partículas y favorecer ahora si el paso de solido a líquido y de este a gas.
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W. Thomas Griffith, Física conceptual, Ed. Mc Graw Hill
·
Giancoli, Douglas C., Física con aplicaciones, México, Ed.
Pearson Educación, 2006. Pag.352
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